LAS REDES SOCIALES_
10 may 2024
Las redes sociales y el gran bullshit que llevan en la frente – ese debió ser el título, pero no entraba. Raro que lo diga alguien que trabaja en ellas desde hace ocho años, pero puedo decir con total firmeza, que muchas cosas me chocan. Qué bestia; qué tal estafa.
Personas que se photoshopean hasta la pestaña (las ves en persona y quedas payasita), vidas perfectas, trabajos perfectos, viajes innumerables perfectos, felicidad pura y grandes sonrisas por doquier. Mismo tono de voz, corte de pelo y zapatillas. Demasiada gente que muestra cosas, pero que no dice absolutamente nada. Ni bajones, ni histerias, ni fracasos, por favor. Parejas que terminan la relación, pero no los contratos. Increíble, pero cierto... ¿hace cuánto estamos zambullidos entre vidas de mentira? O, mejor dicho, ¿entre puro mentiroso? ¿Ustedes saben por qué la nueva generación de chibolas no sube fotos? Por miedo a no tener likes. Así de deprimente.
Pienso que, cuando estás atravesando un buen momento, quizás no le das tanta importancia a lo que ves en redes, pero cuando estás en una etapa en la que te cuestionas absolutamente todo, que se te estampe en la cara el universo perfecto de alguien, es doloroso. Sobre todo, cuando sabes que, en el fondo, no es real. “Te deseo toda la felicidad que finges en redes sociales” - ¿no dicen?
Leí un artículo bien interesante hace unos años. Compartiré con ustedes algunos de los puntos que más me llamaron la atención. Las redes sociales han creado una “falsa línea de felicidad” que podría ser perjudicial cuando estás pasando por un mal momento. Nos bombardean constantemente con una perfección que no existe, lo que obliga a muchas personas a, también, tener que fingirla.
La felicidad, gracias a las redes sociales, está sobrevalorada. Hasta llegamos a verla como un producto que se puede comprar. Debemos estar felices 24/7 y para eso, debemos tener este cuerpo, este peso, este cutis, este carro, este look, esta casa. Debemos ser la mejor profesional, la mejor amiga, la mejor novia, esposa, compañera. La mejor madre, la mejor alumna. Debemos estar a favor en ciertas cosas, siempre y cuando estar en contra no nos convenga. No callarnos, pero tampoco decir demasiado; ni escandalosa ni tibia. Y qué loco que a alguien, que se anima a mostrarse hecha mierda, la ataquen. Dualidad absurda. Nos quejamos del exceso de perfección, pero basta una lagrimita ajena para retorcernos.
Las redes sociales son amigas y, cuando quieren, las peores enemigas también. ¿A quién seguimos? ¿A quién le estamos dando el poder de nuestra atención? ¿Por qué lo hacemos? ¿Quién nos suma? ¿Quién no? ¿Qué queremos encontrar allá afuera que no logramos ubicar aquí dentro?
Cuando dejemos de soportar, seamos suficientemente capaces de decir basta. Es tan simple como dar un par de clicks. Cuidémonos. <3
¿Te gustó? ¡Comparte este artículo!