INFLUENCER_

11 abr 2024

Parte de mi trabajo, los últimos años, ha sido ser Influencer.
Vamos a desmenuzar esta frase juntos.

Digo “trabajo” porque es un trabajo... y un ARDUO trabajo. Me da mucha risa la gente que piensa que crear contenido en redes sociales es fácil, exponer tu vida 24/7 ligerito y lidiar con marcas, simple. Cada contenido que se publica ha sido aprobado un poco más que por el Rey de Inglaterra, Camila y las cenizas de la Elizabeth. Hay que conceptualizar una idea, crear un guion, realizar una grabación, editarla, mandarla a aprobación, realizar los cambios (siempre piden cambios), re grabar, re editar, volver a mandar, escuchar “APROBADO”, saltar de felicidad y postear. No, no es tan sencillo como la gente piensa. Entonces sí, es un trabajo. Te contratan, realizas un servicio de publicidad y te pagan por ello. T r a b a j o. 

Digo “parte de” porque no es mi único trabajo. Gracias al cielo he podido dedicarme a muchas cosas, pero ninguna a tiempo completo. Esa ha sido la flexibilidad sagrada que ha hecho que, justamente, pueda hacer varias cosas a la vez. Aquí me detengo para comentar algo. De niños siempre nos preguntaron: ¿Qué quieres ser de grande? Y ya conocemos las típicas respuestas que dimos alguna vez: doctor, bombero, astronauta, cantante. Si nos ponemos a pensar, aprobamos cuando el niño responde una sola cosa... ¿no? Por qué no detenernos y responderle: ¿qué más? ¿Por qué desde niños crecemos con la idea de ser UNA sola cosa? Cuando hay tantas ramas, cuando hay tantos trabajos, cuando hay tantas curiosidades. Te invito a que, la próxima vez que converses con un niño, lo incentives a que quiera MÁS para cuando crezca. Creo que será revelador. Ok, termina la dosis de críos y #WannabeProfesoraDeInicial por aquí. 

Digo “Influencer” y me da vergüenza jajajaja. Odio la palabra Influencer. ¿INFLUENCER DE QUÉ? La uso, pero la odio. Sin embargo, siendo sincera, más cringe me da cuando alguien se refiere a sí mismo como “creador de contenido”. Me parece ridículo. Ok, terminó mi hate. Sí, sí, soy Influencer. (¿Opinar sobre este punto sirvió para qué exactamente, señora?)

Entonces, como saben, el trabajo como Influencer es con marcas, porque si no, ¿cómo pagamos las cuentas? Vi un tweet en donde una chica decía que cómo era posible que me haya comprado un departamento enseñando en la Universidad de Lima y siendo payasa de Pataclaun, que claramente todo me lo había comprado papi. Esa chica se olvidó del pequeño detalle: *marcas*. 

Estoy tratando de llegar a la historia, pero me distraigo con cosas que se me van ocurriendo en el camino. ¿Cómo no contarles la historia de la marca que me contrató y no quería trabajar conmigo? Vamos a llamarle MARCACA.

Marcaca me contrató por un período de seis meses. Comenzaron los contenidos y la verdad que todo parecía fluir bastante bien, hasta que llegó el primer comentario: “¿Marisol está molesta? ¿Por qué habla así... tan sarcástica?” ¡HELLO, UNIVERSE! #Benavides mi apellido y #Sarcasmo mi tipo de sangre. Primera red flag. Marcaca no me conoce, parece. Siguieron los contenidos hasta que llegamos a la grabación del primer video. Grabo, edito, mando. “¡Nos encanta!”, dijeron. “Es un excelente borrador”. 

¡¿BORRADOR?!

Mis compañeras de campaña eran dos hermosas y guapísimas MODELOS. ¿Qué tengo que ver yo con ellas? No nos parecemos en nada. No tenemos el mismo estilo, no soy fashion como ellas, ni fit, ni tengo el pelo tan largo. Nada, en común, nada. ¿Por qué Marcaca me estaba haciendo sufrir de esa manera? 

Mi representante llamó a la Brand Manager para decirle, con amor, que lo que estaban pidiendo no tenía posibilidades. No podía transformar mi esencia de la noche a la mañana y no solo no podía hacerlo, ¡NO ME DABA LA GANA! Marcaca debió hacer su trabajo, como hace el resto de marcas: investigar y conocer bien mi perfil, para saber exactamente cómo comunico. ¿Cuál es el fin de elegir a alguien, si no? 

- “¿Por qué la eligieron?” -preguntó mi representante. 
- “Cuando me dijeron su nombre, yo dije que no, pero me convencieron”. -respondió. 
- “Ese no es nuestro problema, entonces… es el tuyo”. 




Eh... ¿hola? 
Aquí mi autoestima cayendo. 

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Copyright © 2024 Marisol Benavides

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